martes, 19 de abril de 2016

Curioso origen de "Sepa la bola", "Del Tingo al Tango", y otras frases populares Mexicanas




Diariamente utilizamos frases o refranes que son parte del lenguaje popular, pero, ¿sabemos de donde vienen estas frases?

Aqui te dejo los orígenes de algunas frases o dichos para que ya no digas "Sepa la bola"


            Sepa la bola
Esta frase surgió en los tiempos de la Revolución Mexicana. Aunque los ideólogos de este movimiento eran en su mayoría clasemedieros, en los levantamientos callejeros había de todo, campesinos, mujeres encabritadas, militares... A este grupo tan dispar se le conocía como “la bola”, una bola de gente bien diferente que lo único que tenía en común era querer tirar la dictadura de Porfirio Díaz.
Cuando había destrozos o saqueos y no había a quién echarle la culpa, la gente simplemente decía que había sido “la bola”. Desde entonces decir “sepa la bola” es una manera de expresar “a mí ni me veas, yo qué” cuando alguien pregunta quién es el responsable de algo.

            Andar del tingo al tango
Tingo, conocido también como Villa de Tingo, es un poblado peruano que pertenece a Arequipa. Geográficamente, Perú se ubica al noroeste de Argentina, país originario del tango. Andar del tingo al tango significa entonces, literalmente, andar de arriba para abajo, de Perú a Argentina.

            La tercera es la vencida
Existen dos teorías acerca del origen de esta frase: la primera es en la lucha cuerpo a cuerpo, donde al derribar tres veces al oponente, el contendiente salía victorioso. La tercera caída a la lona se convierte entonces en la victoria segura, el fin de la lucha.
Sin embargo, la teoría más aceptada (y también la más oscura) se remonta al ejercicio del derecho en los siglos XVI y XVII. En aquellos tiempos, si un ladronzuelo reincidía y se le encontraba culpable de hurto tres veces, se le colgaba en plazas públicas como muestra de que la autoridad no se andaba con jueguitos. Para el pobre caco, la tercera era la vencida.

            Andar hecho la mocha
Situémonos en los tiempos en que los ferrocarriles acababan de llegar a México. Las locomotoras eran enormes e imponentes, pero quien diga que el tamaño no importa está muy equivocado. Su peso era su talón de Aquiles, pues las volvía lentas y poco prácticas para ciertas labores. Poco tiempo después llegaron locomotoras más pequeñas, destinadas a cumplir labores locales dentro de las estaciones. No tenían las filas enormes de vagones como las otras, por lo que eran mucho más rápidas. Estas locomotoras “mochas” dieron origen a la frase “ir hecho la mocha”, o sea, ir de prisa.

            Eres un culero
En Cuba, culero es un sinónimo de pañal. O sea, lo que se le pone al bebé en el trasero. Al adoptar el término en México lo hicimos en el sentido más literal: un culero es una persona llena de mier...coles.
Ahora todo tiene sentido.

            ¡Aquí hay gato encerrado!
La palabra “gato” en este dicho se refiere a un bolso donde se guarda dinero, el clásico costalito de monedas que vemos en las películas que retratan la Edad Media. Cuando la gente quería viajar con un dinerito sin ser asaltados en los caminos, cosían estos bolsitos con dinero en alguna parte oculta de la ropa. Cuando este bolso secreto era descubierto se decía “aquí hay gato encerrado" y el pobre dueño era despelucado de sus moneditas.

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